miércoles, noviembre 08, 2006

Menéame traducido al mundo laboral


Uso a menudo la página de Menéame, un sistema de promoción de noticias por parte de los mismos lectores de la página, un prodigio de concepto precursor de la web 2.0, que tiene su origen en la página en inglés digg.

Como digo, en esta página se sigue el sistema de votos por parte de los usuarios de aquéllas noticias enviadas por ellos mismos que la comunidad considera de mayor interés. Como la página es muy famosa, no me voy extender más en explicaciones.

El caso es que cada usuario tiene una cantidad de puntos llamado "karma" que le dan mayor o menor peso en la comunidad y en su voto. Al igual que cualquier otra comunidad de humanos, los parecidos con el ambiente laboral son tremendos:

- los trepas: los hay que hacen trampas para votar en el último momento noticias que van a salir a portada para así ganar de golpe más karma.
  • En el mundo laboral, queda claro quiénes son.
- los outsiders: esos que pegan un pelotazo de vez en cuando, logrando que una noticia suya se menee con 500 votos o así; generalmente se suele tratar de una noticia graciosa o absurda, universal, que caso todo el mundo vota. Su karma asciende a los cielos, para a continucación descender lenta pero seguramente en los días posteriores. Normalmente este pelotazo no se vuelve a repetir nunca.
  • En el trabajo, son esos personajes un poco rarillos, que una vez en su vida tuvieron una idea genial para la empresa, les ascendieron ligeramente, para después de un cierto tiempo, volver a la oscuridad de los puestos de contable.
- los contraculturales: esos que ven perjudicado su karma porque se dedican a votar a todas aquellas noticias interesantes pero no suficientemente morbosas que gustan a la mayoría y que acabarán en portada
  • En la empresa suelen ser los que actúan movidos por altos ideales, o incluso por la hondestidad, pero que, sin duda por esto mismo, sufren una grave falta de popularidad.
- los creídos arrogantes: esos que se consideran con el derecho y el debe de corregir a todo el mundo, poner en su lugar a los recién llegados, correir comas, etiquetas, fallos en la ortografía... Encima te lo avisan en los comentarios para que todo el mundo se entere de que ellos son los más listos y los que manejan el cotarro. Suelen pasarse todo el día en esta santa comunidad.
  • Al igual que en el trabajo, donde ellos son los que más hablan en las reuniones, a los que más se oye cuando hablan por teléfono, los que emiten opiniones como si fuesen los 10 mandamientos de Jesucristo.
- los saboteadores: esos personajes con mala leche que se dedican a poner votos negativos en el Menéame
  • o a hablar mal a las espaldas de todo el mundo en el trabajo.
- los listillos: esos que, sin tener ni idea, comentan noticias sin ton ni son, pretendiendo estar en posesión de la verdad.
  • En el trabajo suelen estar casi siempre integrados en los grandes grupos donde intentan (en vano) hacerse respetar por sus opiniones, que son más en número que en calidad.
- los pelotas (o arrimaos): esos que privilegian su karma (o posición en el trabajo) votando sólo a las noticias con más posibilidades de llegar a portada, los que votan y comentan a los más establecidos en la comunidad (a los que tienen más karma, o los que ocupan un puesto más alto en la empresa).
  • Miran de refilón a los outsiders, al acecho de alguna idea de la que se puedan apropiar, pero nunca hablan con ellos. Sin duda, llegarán lejos, pero la mediocridad será la palabra que graven sobre su tumba.
- los chorras: esos que mandan noticias absurdas, sin contenido, o de un mínimo interés. En el peor de los casos, llegan a verdaderos delirios a eso de las 5 a.m. escribiendo párrafos incomprensibles, diciendo algo así como que necesitan que le voten y que visiten su blog porque si no, se mueren...
  • En el trabajo es el típico graciosillo pasado de rosca, al que nadie hace demasiado caso, pero que intenta hacerse notar con ideas y comentarios absurdos.
- los arribistas: esos que sólo enchufan en el Menéame noticias de su propio blog para conseguir visitas. Les da igual el interés que esas supuestas noticias tengan para el lector, ellos lo que quieren es que se vaya a visitar su blog, nada más. Debe de ser que piensan que todo el mundo se pondrá a pinchar en masa en los cuatro anuncios Adsense que tienen colgando.
  • En el trabajo: esos que sólo se preocupan de lo que a ellos les pase, de lo que ellos hacen, aburriendo hasta a las piedras con historias que no interesan a nadie.
Pues hasta el momento, estos son los especímenes que he podido distinguir, haciendo (peligrosos) paralelismos con el Menéame, que en conjunto es una comunidad que me hace mucha gracia. Al igual que otras, resulta chocante cómo se repiten los mismos patrones , vayas donde vayas.

Lo que también he observado que se aplica al Menéame, al igual que al trabajo, es eso de que el coste de llevar la contraria es alto... Así como votar noticias que no van a llegar a portada o votar en contra de noticias que sí lo van a hacer, resta karma, en el mundo laboral no apostar por los ganadores (aunque resulten repelentes) o ir en contra de los enchufados puede revelarse como una práctica muy costosa a largo plazo...

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