martes, marzo 27, 2007

Cuando la ventaja del anonimato sirve a las amenazas de muerte

Estos días se ha extendido como la pólvora lo ocurrido con una bloggera estadounidense, Kathy Sierra, que se ha visto amenazada de muerte en una avalancha de comentarios en su blog, Creating Passionate Users. Incluso se han llegado a publicar fotos suyas modificadas y enviadas por sus comentaristas exaltados. A resultas, Kathy se ha encerrado en su casa y ha suspendido su blog. La noticia ha sido incluso referenciada por la BBC.

Varias cuestiones aparecen al respecto de lo ocurrido con esta bloggera:

- los que hay que vinculan este suceso directamente con la libertad de las mujeres a expresarse en un medio como Internet, tradicionalmente considerado de hombres. A mí me parece que sólo hay parte de razón en este planteamiento: si bien es cierto que el ser mujer, hacerlo público en un blog y poner cara y nombre a la indentidad de una en Internet puede ser, a priori, más peligroso que en el caso de un hombre, un acosador anónimo por Internet ejercerá la misma presión obsesiva e insultante cuando le dé la paranoia, cualquiera que sea el sexo del blogger/a.

- por otro lado, se han iniciado unas investigaciones monstruosas por parte de la Policía para localizar a los malhechores. Por primera vez, se va a intentar castigar el anonimato en Internet y las ventajas que ello conlleva (facilidad de insultar, amenazar, e incluso llevar a cabo acciones delictivas contra el blogger). Cierto es que, al igual que cuando muchos se ponen al volante (o al manillar) cambian misteriosamente de personalidad y se vuelven terriblemente agresivos, también los hay (y muchos) que puestos detrás de un teclado pueden soltar las mayores barbaridades.

Para terminar, las reflexiones de Mike Arrington (de Techcrunch) en su blog personal a propósito de las amenazas de matar a su perro que él mismo recibió. Nadie se salva.

“Blogging culture, which is often at least partially anonymous, is going overboard. Death threats have forced blogger Kathy Sierra to cancel speaking engagements and stay in her house.

I’ve also received death threats in the comments on this blog and TechCrunch, and people have said they will kill my dog. I’ve had a lot of parties at my house and my address is fairly easy to find, so these comments do make me sleep poorly sometimes. But for the most part I ignore them. As a man, I am far less likely statistically to be stalked or attacked than a woman. In some ways, I see it as a cost to doing business.

A lot of people we interact with daily seem very normal. But put them behind a keyboard and allow them to make anonymous comments and some really evil stuff can result. There’s no clear line as to what’s acceptable and not acceptable. But if you find yourself making anonymous attack comments that may be going overboard, ask yourself if you really want to be causing people the kind of pain that Kathy is going through. And then just stop."

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