martes, octubre 30, 2007

Donde dije digo, digo diego: la medida electoralista del alquiler era un engaño

Vaya novedad. El que los políticos nos engañen...
Tijeretazo al plan Chacón de subvención a la vivienda

Los inquilinos que cobren más de 12.000 euros anuales no podrán aplicarse el importe máximo de deducción por alquiler de vivienda en el IRPF, hasta 915 euros -es decir el 10% del tope de 9.015 euros fijado por el Gobierno-. Así figura en la enmienda introducida por el PSOE en el Congreso al proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2008.

Esta modificación rectifica de las medidas estrella presentadas por Chacón a primeros de mes, cuando avanzó que los inquilinos con rentas de hasta 28.000 euros brutos podrían desgravarse ese máximo. (Via)

Es decir: que para los que cobren entre 15.000 y 24.000 euros (son la mayoría de los jóvenes en este país) la reducción será mínima, tan mínima que para alguien que cobre 23.000 euros al año será de +/-1 euros. Toma ya medida. Y además: la medida está pensada con mucha cabeza y muy mala leche. Porque, a ver: ¿quién suele estar más de alquiler por su cuenta? Los que tienen más posibles (si ganar 24.000 euros hoy en día se puede considerar como tal). Pues hete aquí que son los que justamente menos se beneficiarán de la medida.

¿Y quiénes son los que menos alquilan porque los míseros 12.000 euros requeridos para la deducción total no dan ni para comprarse pipas, menos para alquilar un cuchitril, y por lo tanto son los que más viven con los papis porque no les queda otra, y por lo tanto, como tan sabiamente el PSOE ha pensado, no podrán pedir la dicha reducción del alquiler puesto que NO alquilan!?...

Pues eso. Una mente diabólica ha pensado eso, por no decir que el Ministerio de Economía tiene una verdadera Biblia ya escrita sobre medidas populistas, de la que va tirando en caso de necesidad como es la precampaña, y donde se indica claramente cómo hacer que se queden en nada a través de la letra pequeña. Oye, que tontos no son.

Tanto llenarse la boca con pisos baratos, viviendas para los jóvenes, alquileres subvencionados a tutiplen... ¿Se creen que somos gilipollas cuando sólo un mes después nos cambian lo prometido por una auténtica m* de medida? Pues sí, se deben de creer que lo somos. ¿Y lo somos? Pues también. Porque aunque nos mientan a la cara, sólo nos quedamos con la primera impresión, no profundizamos y no nos atrevemos a sacar los colores a los políticos allí donde más les duele: en las elecciones.

Somos borregos y los políticos lo saben.
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