Nuestro país es el segundo más ruidoso del mundo, por detrás de Japón, y entre las comunidades españolas cabe destacar a Valencia y Madrid como las más afectadas por el exceso de decibelios, según se desprende del último informe de Condiciones de Vida elaborado por el Instituto Nacional de Estadística. Según los datos del INE, el 21,8 por ciento de los ciudadanos españoles manifiesta sufrir excesiva contaminación acústica, un porcentaje que se eleva al 32,6 en el caso de la Comunidad Valenciana, la más ruidosa de España. Aragón, por su parte, es la comunidad autónoma en la que los vecinos aseguran vivir con menos ruido de España: tan sólo un 13 por ciento de sus residentes admite tener problemas con la contaminación acústica.
Vivimos rodeados de ruido por todas partes. A mí, sobre todo, lo que más me saca de mis casillas son los tubos de escape recortados de motos de quinceañeros (o veinteañeros, lo mismo da) mal lavados y maleducados - o no educados en absoluto - que creen que su derecho de contaminar acústicamente se sitúa por encima del derecho de los demás a que no se nos moleste...
España es una sociedad ruidosa, muy poco respetuosa y para nada avanzada, donde el derecho a molestar al prójimo se antepone muchas veces al derecho a no ser molestado. Los ciudadanos no tienen la suficiente educación en su casa donde se les obligue a pensar con empatía y a actuar consecuentemente. Aquí todo vale.
Y ahora el Gobierno del impresentable de Zapatero, dando ejemplo: ha presentado una proposición de ley mediante la cual se quiere condenar a los ciudadanos que no puedan pagarse otra casa que no sea en los alrededores de un aeropuerto, a soportar los ruidos de los aviones. A cualquier hora del día o de la noche.
Así nos va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario