miércoles, marzo 14, 2012

La desesperación aumenta: ahora los coches gratis


La crisis en el sector del automóvil está haciendo estragos de una manera como no se puede imaginar... Los coches se van amontonando uno tras otro en interminables filas de campas de almacenamiento, mientras que sus relucientes pinturas metalizadas van perdiendo el brillo que otrora tuvieron... ¿Cuándo se acabará? Ni Dios (alias Carlos Ghosn) lo sabe.

A grandes males, peores remedios, a los de Renault se le ha ocurrido dárselas de modernos y han instituido la subasta inversa en coches de segunda mano. Tú pones el precio (tipo e-bay) y ellos deciden si te lo dan o no. Auténticas gangas a 20.000 eurazos la unidad. Al final, incluso puedes tener la emoción del juego, de ganar algo, porque entrarás en competencia (o no, depende de cómo se las dé la crisis) con otros postulantes. No tienes dinero para otras cosas, pero con este sistema puedes redescubrir la emoción de vivir en tiempos de crisis. Y Renault te la acerca a tu casa, para que no tengas ni que moverte del sillón. Pero si no te alcanzaba ya el dinero para llegara fin de mes, ahora jugando a la Bolsa con los coches puedes  realmente poner en serio peligro tu supervivencia diaria y la de tu familia.

Piénsatelo dos veces: porque los coches de marca Renault son tan apetecibles por buenos, que en menos de 3 años ya tendrán 5 averías y te dirán que te cambies de sistema de ABS o algo peor... Además, el servicio de (des)atención al cliente, a fuerza de deslocalizarlo cada vez más lejos y a costes más baratos empezará a tratarte con la misma "amabilidad" que los de Vodafone, Movistar, Orange & Co. ¿Te habías dado de baja  de Internet con tal de no sufrir los abusos de este trío? No sufras, porque ahora puedes recuperar esa maravillosa sensación de que te tomen el pelo con los call-centers de las firmas de automóviles.

Así que ya ves, amigo: ahora las marcas de automóviles están de liquidación, de saldo, de subasta, de mercadillo. Lleva tus ahorros mal ganados a uno de estos timadores y seguro que sales a bordo de un flamante Citroën de segunda mano que te durará lo mismo que la fanfarronería por haber cambiado de coche.

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